Además de aportar belleza y vida a nuestros espacios, tener plantas en casa también mejora el estado de ánimo y la calidad del aire.
Sin embargo, a veces, sin previo aviso, comienzan a aparecer señales de alerta como las famosas puntas con bordes marrones o zonas amarillentas en las hojas.
Este problema en plantas de interiores es muy común en el mundo, especialmente en departamentos o lugares con poca ventilación o luz natural, como ocurre en muchos hogares chilenos.
Lo primero que debes tener presente es que las hojas no se dañan porque sí. Las plantas nos hablan a través de sus hojas, y esos cambios de color pueden estar indicando un exceso de agua, falta de humedad, luz inadecuada o incluso acumulación de fertilizantes.
Algunas plantas, por otra parte, se relacionan con la atracción de buenas energías, la calma o el equilibrio emocional. Y lo mejor, muchas de ellas son fáciles de cuidar, ideales para quienes recién se inician en el mundo verde.
¿Por qué las puntas de las hojas de tus plantas de interior se ponen marrones o amarillas?
A continuación, te contamos las causas más frecuentes y qué hacer para devolverle la alegría y vitalidad a tu planta:
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Riego inadecuado
Un error muy común es regar mucho y otras veces muy poco. Si el sustrato está constantemente húmedo, las raíces se asfixian; si está muy seco, la planta se deshidrata. Ambas situaciones pueden provocar hojas amarillas o puntas marrones.
¿Cuál es la solución? verificar la humedad con el dedo o un palito. Riega solo cuando la capa superior del sustrato esté seca.
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Ambiente seco
Muchas plantas tropicales -que son muy comunes en Chile- sufren en interiores con poca humedad, como los que se generan con calefacción o aire acondicionado.
La solución es pulverizar las hojas con agua (sin mojar en exceso), agrupa tus plantas (esto creará un microclima) o usa un humidificador.
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Luz solar directa
Algunas especies no toleran el sol directo y sus hojas se pueden quemar, generando rápidamente bordes marrones.
La solución es cambiar tu planta a un lugar con luz indirecta o filtrar la luz con una cortina.

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Fertilizantes en exceso
Si bien los fertilizantes ayudan al crecimiento, el uso excesivo puede “quemar” las raíces y reflejarse en las hojas.
¿La solución? Reducir la frecuencia de fertilización y realizar un “lavado de raíces” una vez al mes con agua abundante.
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Macetero muy pequeño
Si la planta ya no tiene espacio para crecer y sus raíces se compactan, su salud se verá afectada.
La solución es revisar si necesita un trasplante. Una maceta más grande puede revitalizarla.
Puedes recortar las puntas secas con tijeras limpias (con alcohol) para mejorar el aspecto de la planta y evitar que el daño se extienda.
Basta seguir estos tips para que tus plantas vuelvan a estar saludables y felices. Si quieres más datos como estos, te invitamos a seguir en Instagram a Bastián Jaque, periodista especializado en el contenido de plantas (@bja.que).