El sábado 7 de junio se realizó la audiencia de formalización de los dos imputados por el homicidio del joven farmacéutico Francisco Albornoz.
Se trata del médico ecuatoriano Christian González, de 31 años, y del chef chileno José Miguel Baeza, de 41, quienes quedaron bajo la medida cautelar de prisión preventiva, imputados por el delito de homicidio simple. Esta resolución se mantendrá vigente durante todo el periodo de la investigación.
La audiencia tuvo una duración de siete horas, donde se exhibieron los detalles de lo ocurrido por parte de los sospechosos ante la muerte de Francisco.
Cabe recordar que, tras una intensa búsqueda que se prolongó por 12 días, el cuerpo del farmacéutico fue hallado en la ribera del río Tinguiririca, en la comuna de San Fernando.
En ese contexto, las pericias de los médicos indicaron que los golpes que recibió el joven derivaron en un traumatismo encéfalo craneano que terminó en su deceso al interior del departamento de González.
Los últimos momentos de Francisco Albornoz
Según la declaración a la que tuvo acceso 24 horas, se pudo revelar parte de lo narrado por el médico ecuatoriano, Christian González. Él aseguró que la responsabilidad recae por completo al chef.
"Nunca supe el nombre de esta persona (de Francisco Albornoz) que estuvo en mi departamento", comenzó diciendo durante la audiencia González.

"Kai (José Miguel Baeza) me dice que Francisco había convulsionado. Lo vi convulsionar un poco, en la cama. Le dije a Kai que llamara a la ambulancia, pero decía que no debía él estar acá. Yo le insistí que llamara a la ambulancia", confesó.
En su versión, el médico aseguró que José Miguel Baeza le indicó lo qué debían hacer con Francisco: "Kai me dice que había que ocultar el cuerpo (…)".
"Me dijo si yo tenía una silla de ruedas o algo para trasladar el cuerpo de Francisco. Llegó a mi habitación con un cobertor azul oscuro (…) junto a Kai envolvimos el cuerpo con el cobertor", afirmó.